Ayer tuvo lugar el emotivo acto de entrega del I Premio a las Libertades “Luis Cabrejas” otorgado a Patxi Lopez por su infatigable lucha a favor de las libertades en Euskadi.

A continuación el discurso integró de Patxi López.

“Buenas tardes a todos y a todas:

Me habéis hecho el honor de concederme el premio “Luis Cabrejas” a las libertades, por la lucha contra el terrorismo de ETA y el apoyo a la vÌctimas. Y creedme si os digo que, efectivamente, para un Socialista Vasco no puede haber un premio que conceda mas honor.

Pero tambiÈn dejadme que os diga que, sin embargo, tengo cierto reparo, un punto de vergüenza, a la hora de recoger de vuestras manos este premio. Porque la lucha contra ETA fue un esfuerzo colectivo, de muchas personas que no se rindieron ni resignaron al chantaje del terror. Fue el sacrificio de muchos y muy distintos lo que nos llevó a acabar con la pesadilla.

AsÌ que, ya que es un premio a un Socialista Vasco, dejadme que también os diga que los que de verdad merecen este premio no pueden estar aquí; son los compañeros y compañeras que cayeron en el camino, son los Socialistas Vascos que con su vida pagaron el precio de nuestra libertad.

Por eso me vais a permitir que recoja este premio vuestro, pero no para mi, sino en su nombre. En nombre de los compañeros y compañeras del Partido Socialista de Euskadi asesinados por ETA y que hoy, desde las sombras del pasado y para nuestra memoria permanente, nos recuerdan la lucha de los socialistas por la Libertad.

Hoy que ya no tenemos la amenaza terrorista, hoy que una parte importante de la sociedad vasca, (especialmente la nacionalista), quiere pasar página con rapidez y cubrir con un velo banal, construido con palabras manipuladas y con eufemismos, la verdad cruel y oscura de aquellos años negros, quiero hablaros de los años de plomo en Euskadi.

Quiero hablaros de la soledad de los primeros tiempos.

Quiero hablaros de cuando, siendo militante de las Juventudes Socialistas, Èramos apenas unas decenas de personas las que íbamos a los funerales de los Guardias Civiles o Policias asesinados.

Quiero hablaros de las capillas ardientes en las Casas del Pueblo.

Quiero hablaros de las concentraciones en las que protestábamos por los secuestros y los atentados y recibíamos insultos.

Quiero hablaros de las Casas del Pueblo incendiadas una y mil veces.

Quiero hablaros del maldito mes de Febrero, lleno de días negros en nuestro calendario.

Quiero hablaros de cómo, en el Congreso del PSE en el que me eligieron Secretario General por primera vez, hace 14 años, había un asiento vacÌo porque, Juan Priede, delegado de la Agrupación Socialista de Orio, había sido asesinado sólo dos días antes.

Quiero hablaros de los dÌas y las noches que iba de pueblo en pueblo, de un compañero agredido a otro, de funeral en funeral, con los ojos rojos de sal amarga, con los dientes apretados por la rabia contenida.

Y quiero deciros una cosa con el inmenso honor de pertenecer al Partido Socialista de Euskadi, quiero deciros que nunca, que nunca, nunca, nunca un Socialista Vasco se acobardó, que nunca un Socialista Vasco me pidió que diéramos un paso atrás en la lucha contra ETA.

Cuando asesinaron a Isaias Carrasco el año 2008 (la semana pasada hizo 7 años) un humilde socialista de Mondragón, los Socialistas Vascos convocamos una manifestación y cruzamos de parte a parte el pueblo en una manifestación silenciosa. Y, sí, existe el silencio atronador. Yo lo viví ese día mientras caminábamos por las calles de Mondragón con casas de ventanas cerradas y persianas echadas. Lo viví mientras en algunas paredes veíamos grandes fotos de los terroristas de ETA que, a modo de homenaje habían colgado, y parecÌan reÌrse de nosotros. Era, por lo tanto, un silencio pesado que como un alarido nos decÌa que muchos en ese pueblo nos habían abandonado.

Y allÌ me hice una promesa. Si era Lehendakari derribaría esos muros de la vergüenza y recuperaría las calles para los demócratas. Nunca más la foto del asesino de su padre se iba a reir de Sandra Carrasco cuando pasara por la plaza de su pueblo.

Y cumplí la promesa. Nunca olvidaré la imagen de la Ertzaintza tirando al suelo esas fotos.

Y quiero contaros esto, y podría contaros mucho más, porque quiero que nunca perdamos la memoria de lo que vivimos. Para que el asesino nunca deje de ser considerado el asesino y la victima, victima.

Para que la memoria de la verdad arraigue en nuestra tierra con un componente de valoración ética de lo que tuvimos que pasar, porque será la única manera de construir una sociedad decente y no amoral.

Por eso quiero convertir este premio vuestro, en homenaje a los luchadores de la libertad.

En pocas sociedades modernas podremos encontrar el valor cívico, la voluntad de hierro, que desde la humildad estoica es capaz de arriesgar la vida por no renunciar a la dignidad de ser una persona libre.

Cientos de concejales vascos de pequeños pueblos, personas humildes que no tenían ningún privilegio, decidieron no transigir, no doblegarse a la amenaza terrorista. Y lo hicieron sin grandes alardes, simplemente yendo a su Ayuntamiento sabiendo que cualquier día les podían matar.

No llegaron a la política para enriquecerse, como parece que está de moda decir ahora para denigrar a los que nos dedicamos a ella), no. No llegaron para enriquecerse, sino para arriesgar la vida para que en este país se pudiera hacer política. Política en libertad.

es más, a muchos de los que ahora nos critican y nos llaman “casta” nunca les ví por allí defenciendo la democracia y la libertad.

Nunca, nadie, nos podrá dar lecciones.

Esa es la épica del ciudadano democrático. Una épica callada que requiere de un alma forjada en hierro y una voluntad sin fisuras.

Yo he visto caminar por las calles de Euskadi a cientos de personas humildes con la cabeza levantada con la dignidad de los justos.

Ellos han sido los que han salvado de la vergüenza colectiva a una sociedad vasca que, en demasiadas ocasiones, había abandonado la compasión por el dolor ajeno.

Y durante años los Socialistas Vascos nos convertimos en militantes de la democracia, en activistas del derecho y de las instituciones constitucionales, igual que Luis Cabrejas durante la dictadura, porque los Socialistas hace mucho que hemos aprendido que el socialismo sólo puede crecer en libertad y dentro del sistema democrático.

Las personas jóvenes que no han conocido la dictadura tienden a creer que la democracia es algo que está ahí, y que seguirá estando ahí, como algo natural y para siempre, como el Duero o el paisaje que desde siempre hemos conocido.

Pero los Socialistas sabemos que no, que la democracia no se conquista de una vez y para siempre.

La democracia tiene dos grande enemigos; el totalitarismo y la desigualdad.

Cuando vence el dictador, el terrorista, el totalitario, la democracia muere.

Pero la desigualdad es un enemigo igual de poderoso, que crece en silencio, de forma larvada y que un día estalla.

Por eso, no hemos terminado, ni mucho menos, nuestra labor. Nuestros padres vencieron a la dictadura, nosotros hemos vencido al terrorismo, pero por desgracia la desigualdad nos está ganado la batalla.

Después de años de progreso, hemos comenzado a caminar hacia atrás, hacia la época gris de la pobreza triste.

España es hoy el paÌs de mayor desigualdad en Europa, pero sobre todo es un paÌs en el que la desigualdad crece a una velocidad brutal.

No es sólo que la derecha nos haya impuesto recortes en los Servicios Públicos, no es solo que han disminuido las ayudas y subsidios, (nunca había habido tantos desempleados sin cobertura como ahora), no. Todo eso es verdad, pero lo que nos está pasando es más grave, más profundo.

Los neoliberales están utilizando la crisis como excusa para dinamitar el modelo social europeo. Están dinamitando el Estado de Bienestar diciendo que no es sostenible. Y no es verdad, lo que pasa es que no les gusta.

El modelo social europeo que siempre hemos defendido los Socialistas tiene tress grandes ejes para el reparto de la riqueza colectiva, para la distribución de las rentas; la fiscalidad, los servicios públicos y los salarios.

Ya han destrozado la fiscalidad progresiva bajando los impuestos directos para que no paguen los ricos y subiendo los indirectos para que paguen más los pobres.

A los servicios públicos los están dejando en los huesos,

Y los nuevos salarios se parecen más a limosnas que ha salarios.

Un parado que se pone a trabajar por menos de 600 euros (y así es la inmensa mayoría del trabajo que se está creando) le servira a Rajoy para decir que las estadísticas del paro disminuyen, pero no es un desempleado menos, es un pobre más.

Cuando hay más de 3 millones de parados de larga duración. Cuando hay millones de personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Cuando miles de jóvenes tienen que marcharse al exilio económico como en la dictadura. Cuando los trabajadores pierden derechos. Cuando las mujeres vuelven a ser menospreciadas… se está jugando con fuego.

Por eso os digo que ahora nos toca a los Socialistas defender, una vez más, la democracia y la libertad, defendiendo la lucha por la Igualdad.

no hay democracia que resista sin igualdad. y no hay libertad cuando se es exclavo de la necesidad.

Necesidades de tener garantizada tu salud, tu educación, las pensiones, la atención a la dependencia, que tienen que estar cubiertas desde lo público.

lo mismo que, desde lo público, hay que impedir los desahucios, la pobreza energética, la falta de alimentación infantil, que hoy existen en nuestro país.

y es que, la dignidad de un país se midepor cómo trata a los más vulnerables, a los más débiles, a los que lo pasan peor. Y hoy tenemos un Gobierno que no está a la altura de la dignidad que se merece España.

Lo importante no es discutir si estamos saliendo de la crisis o no, lo importante es saber hacia dónde estamos saliendo, y con los neoliberales estamos saliendo de la crisis para caer en la pobreza, estamos saliendo del siglo XXI para ir a caer en el siglo XIX.

Vencimos a la dictadura, hemos vencido al terrorismo, ahora nos toca luchar contra la desigualdad defendiendo la justicia social y la democracia.

Tenemos que parar el incremento de la desigualdad. Y (permitidme la cuña publicitaria) las siguientes elecciones a los ayuntamientos y CCAA son la ocasión para construir la primera trinchera de la igualdad.

Ese es el objetivo de los Socialistas. Es nuestro objetivo y nuestro compromiso.

Una sociedad de trabajadores pobres, de grandes colectivos marginados, de jóvenes sin esperanza, de clases medias depauperadas y sin fuerza creadora es una bomba de relojerÌa.

Parar esto es el gran objetivo de los Socialistas en las siguientes elecciones.

Y para ello nos hace falta valor cívico, convicciones democráticas y principios Socialistas

La lucha socialista tiene más de una cara; la lucha contra la dictadura, contra el terrorismo, contra la discriminación, pero siempre al fondo hay una que nos guía y es la lucha contra la desigualdad.

Por eso, hoy que me siento profundamente orgulloso de pertenecer a la generación que acabó con ETA y poder decir que, aunque fuera sólo por eso, mereció la pena ser Lehendakari. Hoy que quiero homenajear a los Socialistas Vascos que lucharon contra el terror, también quiero convocaros a vosotros y a vosotras a la lucha contra la desigualdad.

La lucha eterna de los Socialistas de todas las generaciones.

Una lucha que hemos ganado, que hemos perdido y vuelto a ganar.

Hoy toca de nuevo unir manos y voluntades y derribar el muro de la desigualdad.

somos lo que somos porque otros fueron antes que nosotros. Hemos llegado hasta aquí porque caminamos a hombros de gigantes como Luis Cabrejas, espejo y ejemplo en el que mirarnos.

Ser Socialista no es tener el carnet del PSOE.

Ser Socialista es tener un comportamiento y una actitud moral ante la vida. Es sufrir con el dolor ajeno. Es no soportar la injusticia se produzca donde se produzca. Es saber que todos nacemos iguales y luchar toda la vida para que todo el mundo tenga iguales oportunidades.

Ser Socialista es una forma de ser y de vivir.

Si queremos ser gigantes, como Luís, demostrémoslo.

Muchas gracias”

Galería Del Acto De Entrega Del Premio A Patxi López